Que pequeño es el mundo cuando es real, hoy cargas con una cruz, que día tras día es más pesada, tú la elegiste; me viste flaquear y te burlabas, no soy tu juego; hoy resurjo de las cenizas que nunca fui, gracias a ti; mi gran anhelo es que mueras, por un instante; y así juntos brindar salud.
Hoy visito tu tumba y te llevo música para que escuches y a la vez sientas lo feliz que estoy. Me sentí triste por que te fuiste, muy triste y es de veras, lo que pasa es que a la hora de tu muerte no estuve en ella, no es que me burle de tus parientes, son inocentes de tu ignorancia, yo fui el primero para su pésame, con vino en mano y una gran fiesta.
Ahora en tu mundo vagas sola y de compañera tu propia muerte, quisiera verte aun de lejos y gritarte vuelve aunque no quiera. No fuiste mala para tal mundo, tu competencia un poco extrema: Pinochet, Trujillo y Hitler eran los santos de aquella tierra.
Mil recuerdos no me desvelan y no me abruma tu belleza, aunque raro lo encuentres soy un forastero en tu cabeza; se que sufres y te molestas, que tal mi mundo en el que ahora vives, lleno de odio y de tristeza.
Vuelvo a tu tumba y allí le escribo: “te amo mucho mi belleza, sin mas me despido mi princesa, soy el diablo quien por ti reza.”
mark rojas!!!
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