jueves, 24 de marzo de 2011

TRISTEZA "SaD"




El pueblo muere lentamente, una historia se escribe tras otra, una lágrima se suma a este río de penurias, la conciencia se pierde, el respeto cívico y moral es otro adorno en el museo de historia y la educación es un lujo con un inmenso valor que muchos desconocemos, ignorando su existencia.

Todo es por el lucro, los beneficios solo recaen sobre la pequeña y acomodada masa de burgueses, el plebeyo es ajeno de todo lo que tiene, la justicia no es mas para quien pueda pagarla, la autocracia reina.

Las calles vacías, pancartas en blanco, izquierdistas callados, moribundos sonrientes; sacerdotes confusos, protestantes errados. Nuestra posada es una selva de simios donde reina un felíno. Las esperanzas ocultas, la paciencia sin juicio, lo complejo sencillo y lo marchito rojiso.

Ojo por ojo, diente por diente, es el principio de la guerra fría, cruzado de manos esta el crucificado, los centros comunitarios son terrenos valdios, nuestros gobernantes son jueces en Cannes, el Nobel para el hambre y sus hijos.

Nadie es ciego del hecho, pero se ignora su credo, en el mercado la pena se vende barata, en los muros las ratas viven deshabitando al humano, el extrangero despoja a nuestro humilde obrero; con prendas caras y con las mejores corbatas pasea en una humilde caroza nuestro señor presidente.

No siento mis pies, camino sin prisa, me acompaña mi odioso salario y a mi jefe la risa, el pueblo se harta de intendibles discursos, nadie hace nada, nadie grita aleluya. Los derecho humanos y la paz absoluta, se asilan bien lejos, allá en la faz diminuta.

El triunfo de Duarte, pasa sin pena y sin gloria, la abundancia es un arte y  "el no tener" una dulce victoria.